Estados Unidos y Ucrania avanzan hacia un principio de acuerdo sobre el plan de paz que busca poner fin a la guerra imperialista lanzada por Rusia en febrero de 2022. Washington y Kiev hablaron de grandes progresos tras una intensa y apresurada reunión de alto nivel el domingo en Ginebra (Suiza), en la que la delegación ucrania estuvo apoyada por representantes europeos. “Como resultado de las conversaciones, las partes elaboraron un marco de paz actualizado y perfeccionado”, dice una declaración conjunta de Washington y Kiev emitida de madrugada y que remarca que “cualquier acuerdo futuro debe respetar plenamente la soberanía de Ucrania”. Sin embargo, hay grandes dudas sobre cómo se sostiene ese nuevo marco, que toma de base el plan de paz ruso-estadounidense de 28 puntos, que incluía grandes líneas rojas para Ucrania, como la cesión de territorios, el veto para entrar en la OTAN y una considerable rebaja en su Ejército. Los líderes europeos celebran este lunes por la mañana una reunión extraordinaria, que coincide con la cumbre UE-Unión Africana, y a la que se conectarán por videoconferencia los líderes que no han acudido a Luanda (Angola), según una portavoz del presidente del Consejo Europeo, António Costa. I spoke with @ZelenskyyUa this morning. I welcome the progress made at yesterday’s meetings between US and Ukraine in Geneva. The negotiations were a step forward, but there are still major issues which remain to be resolved. Any decision falling in the remit of EU or NATO…— Alexander Stubb (@alexstubb) November 24, 2025

El presidente finlandés, Alexander Stubb, ha conversado con su homólogo ucranio, Volodímir Zelenski, y aunque también habla de “progresos” en la negociación ha advertido de que aún quedan grandes temas pendientes. “Las negociaciones han supuesto un avance, pero todavía quedan cuestiones importantes por resolver. Cualquier decisión que sea competencia de la UE o de la OTAN será discutida y decidida por los miembros de la UE y de la OTAN en un cauce separado”, ha dicho en las redes sociales el líder finlandés, uno de los europeos que tiene mejor relación con el presidente estadounidense, Donald Trump.El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, que lideró el equipo de la Casa Blanca en Ginebra, habló de “tremendos progresos”. En el mismo tono se expresó el jefe de Gabinete de Zelenski, Andrii Yermak, que encabezó la delegación ucrania en la ciudad suiza.Zelenski ha apuntado este lunes que Ucrania y Estados Unidos continuarán trabajando en un plan con propuestas para “fortalecer y no debilitar a Ucrania”. En un vídeo durante una reunión de la plataforma de Crimea, que se celebra en Suecia, el presidente ucranio ha remarcado que Rusia debe pagar por la guerra y que la decisión sobre el uso de los activos soberanos rusos, congelados por las sanciones en territorio europeo es “crucial”. Ni Ucrania ni Estados Unidos han desvelado el contenido del nuevo marco de acuerdo, que ha enmendado el plan de 28 puntos esbozado por Moscú y Washington y que establecía que Kiev debía ceder territorio al Kremlin, limitar su ejército y renunciar a sus ambiciones de entrar en la OTAN. Sin embargo, la base, los cimientos de ese principio de acuerdo, sigue siendo esa hoja de ruta redactada sin la participación de Ucrania ni de Europa, que Kiev y los europeos han tratado de modificar lo máximo posible para limitar el alcance de los daños.La idea ucrania y europea, según fuentes al corriente de la negociación, es blindar a Ucrania con sólidas garantías de seguridad que les permitirían defenderla en caso de una nueva agresión (algo que funcionaría como disuasión para el Kremlin), así como la promesa de que Kiev no se vea obligada a limitar tanto el peso de su ejército y su armamento, como apunta el plan de 28 puntos. Sobre la mesa está la idea de una fuerza de 800.000 efectivos en tiempos de paz, en vez de los 600.000 que marca la hoja de ruta ruso-estadounidense. También buscan matizar y limitar al máximo las cláusulas según las cuales el país invadido se vería obligado a ceder territorio.Un documento de trabajo que reportó la agencia Reuters el domingo proponía también, entre otras cosas, que la garantía de seguridad que ofrezca EE UU debería ser como la del Artículo 5 de la OTAN (que prevé la defensa mutua de los socios en caso de ataque); que Ucrania celebre elecciones lo antes posible después del pacto —en vez de un plazo fijo de 100 días que marcaba el plan ruso-estadounidense—; que la integración de Ucrania en la OTAN depende del consenso de todos los miembros y que este no existe —en vez de la obligación para Kiev de insertar en la constitución ucrania la renuncia a la adhesión—; que la OTAN acuerda no desplegar tropas en Ucrania en tiempo de paz —en vez de a secas—. Los europeos, que llevan semanas debatiendo una propuesta de la Comisión Europea para entregar a Kiev 180.000 millones de activos soberanos rusos inmovilizados en territorio comunitario (fundamentalmente en Bélgica) por las sanciones, reclaman también que esos fondos se entreguen a Kiev como compensación y se utilicen para la reconstrucción. Mientras, el plan ruso-estadounidense recoge que unos 100.000 millones de los activos rusos se invertirán en la reconstrucción y en inversiones en Ucrania, pero en un formato liderado por Estados Unidos, que recibiría el 50% de los beneficios. Europa añadiría además, según ese plan redactado sin los europeos, otros 100.000 millones para la reconstrucción.Trump había fijado para el jueves (día en el que se celebra Acción de gracias en Estados Unidos) la fecha límite para que Kiev aceptara el plan. Sin embargo, pese a ese calendario tan perentorio, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, se mostró dispuesto a que Washington abra la mano con el plazo. Rubio aseguró que se siente “muy optimista” sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo en un “tiempo muy razonable”.

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